Así se los pudo ver a los viajeros residuales, en una tarde nubosa del Enero Tilcareño.

Parapetados tras una improvisada pirca levantada con piedras del lugar, se presume que allí pasaron varias jornadas recuperándose de los trajines del Carnaval.

UNICEF seguiría atentamente los avatares del intrépido trío, ya que como todos pueden observar, con el "trovador" y el "indómito" Di Loreto viaja una niña...

Las malas lenguas dicen que sería hija de alguno de nuestros licenciosos amiguitos, producto de un amorío pasajero. Aunque el buen tino hace pensar que, a juzgar por el aspecto físico de la menor, no dan las cuentas para que sea el fruto de un amor de este verano 2009. Capaz que sea la hermana inclusive, mirá cómo sonríe a cámara...

Por otra parte, y otro de los aspectos que preocuparía a la Subsecretaría de la ONU para la infancia -más allá de la relación que une a los Di Loreto con la sonriente muchachita- es el estado (etílico y lisérgico, por qué no) en que permanecen durante el día, a juzgar por la caja de tetra brik que blande el "indómito" cual medalla olímpica.

Alguna presentación ante la Corte de La Haya, nos anoticiará sobre la suerte que corrió el trío desde que se pudo tomar esta instantánea.

Mientras tanto, y al promediar Febrero, se acrecientan los rumores en la ciudad de las diagonales y tras los muros del Centro de Cultura y Comunicación, que Residuos Urbanos vuelve.

Contengamos la respiración y esperemos agazapados...